Estresarnos es cada vez más común en la vida moderna y aún más en nuestra vida laboral. Deberes, obligaciones, metas y fechas límite. La combinación de estos factores, crean el ambiente perfecto para que el estrés laboral afecte nuestra salud física y mental.
Si bien el estrés es normal en cualquier lugar de trabajo, el no saber lidiar con él puede traernos problemas graves más adelante. Problemas crónicos de espalda, depresión, diabetes y más. Con la siguiente lista conocerás ejercicios y métodos que te armarán con las herramientas necesarias para manejar el estrés a largo plazo.
1.- Identifica qué dispara tus ansiedades
No debemos atar nuestro valor propio a la manera en que desempeñamos nuestro trabajo. Nos ponemos en riesgo de que cualquier error o desliz genere un impacto inmenso en nuestra autoestima y salud mental. Somos mucho más que nuestro rol en el trabajo.
Analizarnos y descubrir qué nos afecta es primordial para lidiar con el estrés. Puede que sean las expectativas propias o de otros, el querer hacer el mejor trabajo, el querer destacar entre nuestros compañeros o probarnos a nosotros mismos que somos capaces. Estas presiones pueden causarnos angustia y llevar al estrés. No somos super humanos. Estamos propensos a estresarnos por:
- Tener responsabilidades que crees te sobrepasan
- Presión laboral
- Sentir incapacidad de llegar a las fechas limite
- Tener demasiada carga de trabajo
- Tener poco o ningún control sobre las situaciones en las que te encuentras
Cuando tenemos altos niveles de ansiedad podemos presentar una gran cantidad de síntomas que afectan nuestra salud en mucho sentidos. Nuestro estado de ánimo también se debilita y nuestra motivación disminuye. Algunos efectos del estrés laboral son:
- Dolor de cabeza
- Poca energía
- Falta de apetito
- Incapacidad de concentrarse
- Preocupación constante
- Problemas de autoestima y autoevaluación
- Falta de motivación
2.- Establece metas razonables
Es usual pensar que mientras más se trabaja, mejor. Quizás el hacer todo el trabajo posible en la menor cantidad de tiempo te hace sentir productivo. Puede que quieras que tu trabajo siempre sea perfecto y quieres sentir que te estás esforzando para avanzar en tu carrera. Sin embargo, tienes que darte cuenta de que tal vez estés mordiendo más de lo que puedes masticar. Este hábito de hacer todo lo posible mientras te aseguras de que el trabajo sea perfecto, comenzará a agotarte. Acumulas estrés laboral.
Escribe tus metas para el día y comienza a razonar: qué es importante y qué es urgente. Planifica entorno a esas tareas. Lo demás es extra. Es importante hacer el esfuerzo de no cargarse a uno mismo solo porque sientes que debes o que simplemente puedes. Cuando filtras y reduces tu carga de trabajo, esto te permite crear una rutina estable donde tus metas son alcanzables. Basta de sacrificar tiempo de almuerzo, de descanso o inclusive tu tiempo personal.
3.- Habla con tus superiores
A veces el mayor contribuidor al estrés laboral suelen ser nuestros jefes o superiores. La cooperación laboral ocasional no está mal, pero no hay que cargar con responsabilidades ajenas. Hay que establecer límites para que tanto el ambiente laboral como nuestro propio bienestar estén estables.
Es posible que tus superiores no se den cuenta de cómo te están sobrecargando o presionando. Asegúrate de mantener una comunicación clara y manifestar tus preocupaciones y es posible que sean más que comprensivos.
4.- Practica técnicas de relajación
La respiración y la meditación siempre serán herramientas que ayuden a mantener la calma ante todo y no dejarse abrumar por las preocupaciones. Claro, estas no harán que simplemente desaparezcan, pero nos darán el tiempo y la perspectiva para no entregarnos al pánico. Si sucumbimos ante el estrés laboral, no estamos en nuestras mejores condiciones.
Respiración
Cuando nos enfocamos en respirar, es importante hacerlo lentamente para evitar la hiperventilación. Suspiros largos y profundos. Exhalaciones pausadas. Contar los respiros. Concéntrate únicamente en tus pulmones. Cuenta cada respiración y exhalación hasta 10 durante varios intervalos hasta que te sientas relajado. Deja que el estrés laboral deje tu cuerpo.
Ejercicio físico
Puede incluir yoga, trotar o simplemente caminar. Mantenerse activo ayuda a pensar claramente. Nos sentimos mejor al ejercitar. Nos concentramos en una tarea que está bajo nuestro control. Además, el cuerpo genera hormonas que nos hacen sentir plácidamente.
5.- Toma tiempo para ti
Tu tiempo personal debe ser respetado. Los horarios de almuerzo, descanso, y horas no laborales son así por una razón. Las emergencias pueden existir, pero si es un problema que puede esperar hasta que te encuentres en tu horario, hazlo. Para un buen desempeño laboral, primero debes tener un buen desempeño en tu vida personal. Dedícale tiempo a ti y a tus allegados. Conforme estés bien descansado y motivado, serás más productivo.